El 15 de enero de 1793, Thomas llega al Puerto de Calais desde Dover. La ciudad está acostumbrada a los viajeros británicos de clase alta que desembarcan allí para completar su educación haciendo lo que se conoce como el Grand Tour. Esta costumbre desaparece desde 1789 aunque posiblemente sigue quedando una infraestructura para recibir turistas y, por lo tanto, se puede coger un carruaje desde allí a París fácilmente.
Relación con el lugar
Si no recuerdo mal, creo que he visitado Calais por lo menos seis veces en mi vida. Aún me acuerdo de unas vacaciones familiares a bordo de una furgoneta VW de camino hacia Estartit, España en 1974. Más tarde, como estudiante de arte viajando de forma barata por Europa en tren y más recientemente, de acampada con mi familia cuando los niños eran pequeños. El recuerdo más claro que conservo del lugar era una vez llegando a un área de descanso a las afueras de la ciudad en 2009. Estaba amaneciendo y paramos para que yo cambiara mi asiento con Jackie después de haber estado toda la noche conduciendo por Francia. Estaba mirando, sin prestarle mucha atención, los movimientos de un camión que estaba aparcado enfrente de nosotros y entonces noté algo que me pareció un tanto raro. Vi a una persona correr hacia las dunas y la maleza que había cerca. No sé por qué, pero el hecho de correr así no me pareció normal. El conductor del camión, que tenía las puertas traseras del remolque abiertas, no estaba prestando ninguna atención a la gente que salía de entre la carga. Había todo tipo de gente. Para mí, lo más llamativo fue ver salir a un hombre, posiblemente chino, trajeado y llevando en brazos a un bebé vestido con ropita de bautizo. Me quedé en shock y tan agobiado que no era capaz de pensar qué hacer así que, Jackie y yo nos intercambiamos el asiento y nos fuimos.
A menudo pensamos en aquellas personas que huyeron de Francia en 1971 con el fin de escapar de la Revolución Francesa, pero, sin embargo, no solemos pensar en la gente que salió de sus países para unirse a la causa de la Revolución. Tom fue una de esas personas que, junto con Thomas Pain y Anacharis Cloots, quiso formar parte activa de la acción a tiempo real y ver cómo la sociedad podría reestructurarse. Tom estaba muy involucrado en una campaña que promovía la reforma política en Escocia y, por lo tanto, había sido invitado a hablar con aliados políticos en Londres. Esta oportunidad le brindaba posibilidades de fraternizar con los nuevos políticos franceses a los que estaba a punto de conocer.
En mi viaje en abril de 2011 participé en la exposición L’Art es un sport de combat organizada por Jean Marc Huitorel y que cubría los gastos de mi viaje. En esos momentos, también estaba trabajando con el Museo Imperial de la Guerra en Londres y participé en varias reuniones allí cuyos gastos fueron cubiertos por este museo.
El Museo de Bellas Artes de Calais me pagó el billete de tren Eurostar desde Londres a Calais Fréthun y de ahí a la ciudad. Me quedé en el Hotel Pacific. Después de la inauguración, recuerdo ir paseando con los artistas franceses y amigos hasta la estación en donde tomaron un tren para París. Cuando todo el mundo se marchó, estuve haciendo las fotos para esta sección.
El 15 de enero de 1793, Thomas llega al Puerto de Calais desde Dover. La ciudad está acostumbrada a los viajeros británicos de clase alta que desembarcan allí para completar su educación haciendo lo que se conoce como el Grand Tour. Esta costumbre desaparece desde 1789 aunque posiblemente sigue quedando una infraestructura para recibir turistas y, por lo tanto, se puede coger un carruaje desde allí a París fácilmente.
Relación con el lugar
Si no recuerdo mal, creo que he visitado Calais por lo menos seis veces en mi vida. Aún me acuerdo de unas vacaciones familiares a bordo de una furgoneta VW de camino hacia Estartit, España en 1974. Más tarde, como estudiante de arte viajando de forma barata por Europa en tren y más recientemente, de acampada con mi familia cuando los niños eran pequeños. El recuerdo más claro que conservo del lugar era una vez llegando a un área de descanso a las afueras de la ciudad en 2009. Estaba amaneciendo y paramos para que yo cambiara mi asiento con Jackie después de haber estado toda la noche conduciendo por Francia. Estaba mirando, sin prestarle mucha atención, los movimientos de un camión que estaba aparcado enfrente de nosotros y entonces noté algo que me pareció un tanto raro. Vi a una persona correr hacia las dunas y la maleza que había cerca. No sé por qué, pero el hecho de correr así no me pareció normal. El conductor del camión, que tenía las puertas traseras del remolque abiertas, no estaba prestando ninguna atención a la gente que salía de entre la carga. Había todo tipo de gente. Para mí, lo más llamativo fue ver salir a un hombre, posiblemente chino, trajeado y llevando en brazos a un bebé vestido con ropita de bautizo. Me quedé en shock y tan agobiado que no era capaz de pensar qué hacer así que, Jackie y yo nos intercambiamos el asiento y nos fuimos.
A menudo pensamos en aquellas personas que huyeron de Francia en 1971 con el fin de escapar de la Revolución Francesa, pero, sin embargo, no solemos pensar en la gente que salió de sus países para unirse a la causa de la Revolución. Tom fue una de esas personas que, junto con Thomas Pain y Anacharis Cloots, quiso formar parte activa de la acción a tiempo real y ver cómo la sociedad podría reestructurarse. Tom estaba muy involucrado en una campaña que promovía la reforma política en Escocia y, por lo tanto, había sido invitado a hablar con aliados políticos en Londres. Esta oportunidad le brindaba posibilidades de fraternizar con los nuevos políticos franceses a los que estaba a punto de conocer.
En mi viaje en abril de 2011 participé en la exposición L’Art es un sport de combat organizada por Jean Marc Huitorel y que cubría los gastos de mi viaje. En esos momentos, también estaba trabajando con el Museo Imperial de la Guerra en Londres y participé en varias reuniones allí cuyos gastos fueron cubiertos por este museo.
El Museo de Bellas Artes de Calais me pagó el billete de tren Eurostar desde Londres a Calais Fréthun y de ahí a la ciudad. Me quedé en el Hotel Pacific. Después de la inauguración, recuerdo ir paseando con los artistas franceses y amigos hasta la estación en donde tomaron un tren para París. Cuando todo el mundo se marchó, estuve haciendo las fotos para esta sección.
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