De mayo a julio de 1793 Thomas pasa dos meses en Le Havre esperando para poder salir de Francia. Sabe que es responsable de la pérdida del dinero de su padre porque no se ha presentado ante los tribunales en Edimburgo. Su intención es regresar y presentarse. Las comunicaciones entre Francia y Gran Bretaña se han cortado y las únicas noticias en los periódicos franceses son llamamientos a introducir más restricciones contra los extranjeros.
Relación con el lugar
Visité Le Havre durante un par de días en abril de 2011. Tengo una amiga, Elise Parre, que vive en París pero que trabaja como profesora en la Escuela Superior de Arte y Diseño en Le Havre. Le había comentado a Elise mis diferentes proyectos sobre Thomas Muir incluyendo este. Ella habló con su jefe de departamento y le propuso que yo podría ir allí a dar unas clases a cambio de los gastos de viaje, dentro de Francia, y alojamiento. En ese momento, yo formaba parte de una exposición grupal llamada L’Art est un sport de combat en el Museo de Bellas Artes de Calais y como parte de esta exhibición iba a estar en Francia.
Cuando miré en el mapa, di por sentado que como los dos lugares están en el norte de Francia, tendría que coger un tren y cruzar a través del país desde Calais a Le Havre. Ahora me doy cuenta de lo ingenuo que fui. La manera de llegar a Le Havre desde Calais era en tren y desde París. Caí en la cuenta de este detalle la noche antes del día que tenía que estar en Le Havre. Me levanté en mitad de la noche, cogí el tren de las 5.30 de la mañana desde Calais a París, que tarda tres horas y media. En París me cambié de la Estación del Norte a la Estación de St Lazare en el tren de cercanías RER y finalmente cogí el tren para Le Havre justo pasada la hora punta. Dos horas y media más tarde llegué allí.
Mucha de la arquitectura actual que presenta la cuidad es obra del arquitecto Auguste Perret. Es un claro ejemplo de reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. El puerto había sido destrozado sistemáticamente por bombardeos aéreos en 1944. Al llegar allí desde Escocia casi setenta años después, pude percibir en el aire un sentimiento casi palpable de estos acontecimientos y eso me resultaba incómodo.
Tom viaja a Le Havre cuando el partido jacobino llega al poder y era práctica común, entre otras cosas, denunciar a extranjeros. Posiblemente, esto hace que Tom se sienta asustado. En aquel momento, Le Havre es conocida como Le Havre de Grace, pero seis meses más tarde se le cambia el nombre a Le Havre de Marat en solidaridad con el mártir de la Revolución Francesa.
En un periodo de menos de veinte años, el Reino Unido había declarado la guerra a Francia y además les había bombardeado durante dos días una guarnición naval. Por estas razones, cualquier ciudadano británico no debía de haber sido muy bien recibido allí.
Abril de 2011.
Los gastos de mi viaje por Francia fueron cubiertos por la Escuela Superior de Arte y Diseño de Le Havre. También recibí una tasa por dar una clase a los estudiantes. Me alojé en un piso para profesores visitantes dentro del edificio de la escuela y usé mi tiempo allí para tomar las imágenes que representan Le Havre en este proyecto.
De mayo a julio de 1793 Thomas pasa dos meses en Le Havre esperando para poder salir de Francia. Sabe que es responsable de la pérdida del dinero de su padre porque no se ha presentado ante los tribunales en Edimburgo. Su intención es regresar y presentarse. Las comunicaciones entre Francia y Gran Bretaña se han cortado y las únicas noticias en los periódicos franceses son llamamientos a introducir más restricciones contra los extranjeros.
Relación con el lugar
Visité Le Havre durante un par de días en abril de 2011. Tengo una amiga, Elise Parre, que vive en París pero que trabaja como profesora en la Escuela Superior de Arte y Diseño en Le Havre. Le había comentado a Elise mis diferentes proyectos sobre Thomas Muir incluyendo este. Ella habló con su jefe de departamento y le propuso que yo podría ir allí a dar unas clases a cambio de los gastos de viaje, dentro de Francia, y alojamiento. En ese momento, yo formaba parte de una exposición grupal llamada L’Art est un sport de combat en el Museo de Bellas Artes de Calais y como parte de esta exhibición iba a estar en Francia.
Cuando miré en el mapa, di por sentado que como los dos lugares están en el norte de Francia, tendría que coger un tren y cruzar a través del país desde Calais a Le Havre. Ahora me doy cuenta de lo ingenuo que fui. La manera de llegar a Le Havre desde Calais era en tren y desde París. Caí en la cuenta de este detalle la noche antes del día que tenía que estar en Le Havre. Me levanté en mitad de la noche, cogí el tren de las 5.30 de la mañana desde Calais a París, que tarda tres horas y media. En París me cambié de la Estación del Norte a la Estación de St Lazare en el tren de cercanías RER y finalmente cogí el tren para Le Havre justo pasada la hora punta. Dos horas y media más tarde llegué allí.
Mucha de la arquitectura actual que presenta la cuidad es obra del arquitecto Auguste Perret. Es un claro ejemplo de reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. El puerto había sido destrozado sistemáticamente por bombardeos aéreos en 1944. Al llegar allí desde Escocia casi setenta años después, pude percibir en el aire un sentimiento casi palpable de estos acontecimientos y eso me resultaba incómodo.
Tom viaja a Le Havre cuando el partido jacobino llega al poder y era práctica común, entre otras cosas, denunciar a extranjeros. Posiblemente, esto hace que Tom se sienta asustado. En aquel momento, Le Havre es conocida como Le Havre de Grace, pero seis meses más tarde se le cambia el nombre a Le Havre de Marat en solidaridad con el mártir de la Revolución Francesa.
En un periodo de menos de veinte años, el Reino Unido había declarado la guerra a Francia y además les había bombardeado durante dos días una guarnición naval. Por estas razones, cualquier ciudadano británico no debía de haber sido muy bien recibido allí.
Abril de 2011.
Los gastos de mi viaje por Francia fueron cubiertos por la Escuela Superior de Arte y Diseño de Le Havre. También recibí una tasa por dar una clase a los estudiantes. Me alojé en un piso para profesores visitantes dentro del edificio de la escuela y usé mi tiempo allí para tomar las imágenes que representan Le Havre en este proyecto.
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