Tom llega aquí el sábado 25 de octubre de 1794 y pasa dieciséis meses en la colonia. La vida en este lugar es primitiva y miserable. A él se le permite comprar tierra y se le ofrecen otros beneficios. Sobrevive a la hambruna que asola el lugar durante el mes de enero y comienza a cultivar la tierra al año siguiente. La idea de pagar un rescate le ronda por la cabeza. La opción para salir de Sídney es remando de proa y consigue hacerlo con la ayuda de su criada Jane Lambert en una fría noche. Consigue contactar con un comerciante americano que acepta llevarle como pasajero a cambio de una cantidad de dinero.
Relación con el lugar
Visité Sídney por primera vez en 1996. Mi familia me mandó allí para que ayudase a mi hermano, que se había trasladado a Melbourne recientemente con su familia. Estuve lavando coches durante un mes en un aparcamiento subterráneo que era parte de su negocio de aparcacoches. Tengo que decir que este negocio le duró poco.
Como regalo de agradecimiento, mi hermano me regaló un viaje en un autobús turístico que me recogió en una rotonda en Melbourne y me llevó hasta Sídney. Recuerdo llegar tarde al barrio de Bondi y también recuerdo que un grupo de los que viajábamos reservamos una habitación grande en una pensión mugrienta. Lo que más recuerdo de ese viaje es el estrés de estirar mi presupuesto para que me permitiera alojarme en algún sitio barato y también comer durante el resto del viaje.
En el año 2000 visité de nuevo la ciudad, esta vez para tomar parte en una exposición que se llamaba Sporting Life en el Museo de Arte Contemporáneo Australiano, MCA. Visité la ciudad con toda mi familia. Durante esta visita, exploré la ciudad y me hice una idea del lugar.
En 2010 solicité y recibí una cantidad de dinero a través de un esquema de becas para artes visuales de Glasgow y me fui allí con mi cámara para reunir una serie de veinte fotografías que pudieran comunicar algo sobre la intención de este proyecto.
Tom llega a Port Jackson en la Cala de Sídney durante la primavera australiana de 1794. Forma parte de un grupo de prisioneros de categoría especial. Durante las últimas semanas de travesía habían proliferado las peleas y conflictos entre la tripulación y ahora, con total seguridad agradecen poder pisar tierra firme. Sin embargo, quizás no pueden evitar sentirse un tanto inseguros al pisar el muelle ya que no saben qué recibimiento van a tener allí. Por suerte, el dinero que se les había permitido llevar les ayuda a comprar favores que el resto de prisioneros no puede. Por ejemplo, pueden tener cierta libertad para escoger donde vivir y también flexibilidad para trabajar las tierras, cultivar, vender productos y mantener la propiedad. El estilo de vida es fronterizo y se encuentran rodeados por un paisaje que los europeos aún ni conocen ni han llegado a trazar en un mapa. Hay tensiones entre la población indígena, cada vez más agotada, gran consumo de alcohol entre soldados y prisioneros, miles de personas pobres y hambrientas que no quieren estar allí y militares armados. Seguramente es un lugar peligroso para alguien como Tom con su historial de enfrentamientos con las autoridades.
Mayo 2010
He estado investigando la historia de Thomas desde 2001 y tenía una serie de preguntas que solo podían ser contestadas visitando Sídney. Solicité la beca del esquema para artes visuales de Glasgow con la propuesta para lanzar dos nuevas secciones de este proyecto, la sección de Glasgow y la de Sídney y recibí el apoyo económico.
El momento oportuno para este viaje fue dictado por el esfuerzo colectivo de mi familia para estar en Melbourne para el cincuenta cumpleaños de mi hermano en mayo de 2010.
Tom llega aquí el sábado 25 de octubre de 1794 y pasa dieciséis meses en la colonia. La vida en este lugar es primitiva y miserable. A él se le permite comprar tierra y se le ofrecen otros beneficios. Sobrevive a la hambruna que asola el lugar durante el mes de enero y comienza a cultivar la tierra al año siguiente. La idea de pagar un rescate le ronda por la cabeza. La opción para salir de Sídney es remando de proa y consigue hacerlo con la ayuda de su criada Jane Lambert en una fría noche. Consigue contactar con un comerciante americano que acepta llevarle como pasajero a cambio de una cantidad de dinero.
Relación con el lugar
Visité Sídney por primera vez en 1996. Mi familia me mandó allí para que ayudase a mi hermano, que se había trasladado a Melbourne recientemente con su familia. Estuve lavando coches durante un mes en un aparcamiento subterráneo que era parte de su negocio de aparcacoches. Tengo que decir que este negocio le duró poco.
Como regalo de agradecimiento, mi hermano me regaló un viaje en un autobús turístico que me recogió en una rotonda en Melbourne y me llevó hasta Sídney. Recuerdo llegar tarde al barrio de Bondi y también recuerdo que un grupo de los que viajábamos reservamos una habitación grande en una pensión mugrienta. Lo que más recuerdo de ese viaje es el estrés de estirar mi presupuesto para que me permitiera alojarme en algún sitio barato y también comer durante el resto del viaje.
En el año 2000 visité de nuevo la ciudad, esta vez para tomar parte en una exposición que se llamaba Sporting Life en el Museo de Arte Contemporáneo Australiano, MCA. Visité la ciudad con toda mi familia. Durante esta visita, exploré la ciudad y me hice una idea del lugar.
En 2010 solicité y recibí una cantidad de dinero a través de un esquema de becas para artes visuales de Glasgow y me fui allí con mi cámara para reunir una serie de veinte fotografías que pudieran comunicar algo sobre la intención de este proyecto.
Tom llega a Port Jackson en la Cala de Sídney durante la primavera australiana de 1794. Forma parte de un grupo de prisioneros de categoría especial. Durante las últimas semanas de travesía habían proliferado las peleas y conflictos entre la tripulación y ahora, con total seguridad agradecen poder pisar tierra firme. Sin embargo, quizás no pueden evitar sentirse un tanto inseguros al pisar el muelle ya que no saben qué recibimiento van a tener allí. Por suerte, el dinero que se les había permitido llevar les ayuda a comprar favores que el resto de prisioneros no puede. Por ejemplo, pueden tener cierta libertad para escoger donde vivir y también flexibilidad para trabajar las tierras, cultivar, vender productos y mantener la propiedad. El estilo de vida es fronterizo y se encuentran rodeados por un paisaje que los europeos aún ni conocen ni han llegado a trazar en un mapa. Hay tensiones entre la población indígena, cada vez más agotada, gran consumo de alcohol entre soldados y prisioneros, miles de personas pobres y hambrientas que no quieren estar allí y militares armados. Seguramente es un lugar peligroso para alguien como Tom con su historial de enfrentamientos con las autoridades.
Mayo 2010
He estado investigando la historia de Thomas desde 2001 y tenía una serie de preguntas que solo podían ser contestadas visitando Sídney. Solicité la beca del esquema para artes visuales de Glasgow con la propuesta para lanzar dos nuevas secciones de este proyecto, la sección de Glasgow y la de Sídney y recibí el apoyo económico.
El momento oportuno para este viaje fue dictado por el esfuerzo colectivo de mi familia para estar en Melbourne para el cincuenta cumpleaños de mi hermano en mayo de 2010.
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